MANUEL VÁZQUEZ MONTALBÁN ( I )
“Los
dioses se han marchado. Nos queda la televisión”.
"Los marginados no son ya solo los que limpian los parabrisas o duermen en los bancos, sino todos los que no están en ese pequeño grupo que domina el cotarro social y económico, que son los que lo dominan absolutamente todo".
"Los marginados no son ya solo los que limpian los parabrisas o duermen en los bancos, sino todos los que no están en ese pequeño grupo que domina el cotarro social y económico, que son los que lo dominan absolutamente todo".
Panfleto
desde el planeta de los simios, (M. Vázquez Montalbán, 1995)
Manuel
Vázquez Montalbán nació en Barcelona (junio, 1939) y murió de un
ataque cardíaco en el aeropuerto de Bangkok (octubre, 2003). Su
temprana desaparición privó a las letras española de una de esas
figuras que aparecen muy de tarde en tarde para gloria de toda la
Literatura universal.
Porque
si Manuel Vázquez Montalbán se caracterizó por algo, fue por su
enorme capacidad creadora en todos los ámbitos: como poeta,
ensayista, narrador, articulista, gastrónomo..., destacando en todas
ellas y, además, de forma prolífica. En este sentido, la
personalidad de Montalbán resulta poco menos que inabarcable,
además, por la variedad de seudónimos que utilizó para firmar
sus artículos (yo, torpe de mí, no supe hasta bastante tiempo
después de ser leídos, que aquellos artículos lúcidos, irónicos
y profundos, escépticos y esperanzadores, que aparecían en una
página titulada La Capilla Sixtina y firmados por un tal Sixto
Cámara en la revulsiva revista Triunfo, correspondían al creador de
Pepe Carvalho).
Nació
en el popular barrio barcelonés del Raval dos meses después de que
Franco diera por finalizada la guerra civil. Vázquez Montalbán
cuenta que un día, con cinco años de edad, bajaba las escaleras de
su bloque para ir a jugar, cuando se cruzó con un hombre feo y
macilento, con una vieja maleta en la mano, que se dirigía hacia
arriba: resultó que era su padre, al que no conocía, pues había
sido encarcelado por pertenecer al PSUC (Partido Socialista Unificado
de Cataluña), el mismo año del nacimiento de su hijo. No ha de
resultar extraño, por tanto, que Vázquez Montalbán tuviera una
militancia activa contraria al régimen de Franco, hasta su desapareción. Durante su periodo universitario milita en uno de los
grupos más legendarios de oposición al régimen: los
“Felipes”, que era como acabaron llamándose popularmente los
militantes del Frente de Liberación Popular. Posteriormente, pasó a
tener carnet del PSUC, como su padre y, a raíz de una manifestación
en solidaridad por los mineros asturianos, acabó en un consejo de guerra, como su
progenitor, y condenado a tres años de
cárcel. Tiempo después formó parte del comité ejecutivo del mismo
partido.
Desde
una óptica marxista, y siempre crítica, el compromiso de Vázquez
Montalbán con las posturas políticas de oposición al régimen
franquista fue constante: "Manuel Vázquez Montalbán formaba parte de la media docena de intelectuales europeos -comunistas irredentos, podría decirse-, que acudían a la llamada de cualquier signo de emergencia de algún movimiento radical que, en algún lugar del mundo, apareciera como portador de una nueva esperanza", dice de él Josep Ramoneda, escritor y amigo íntimo.
Su
obra poética (Memoria
y deseo,
Praga,
Una
educación sentimental...)
está considerada como una de las más renovadoras de la poesía
española contemporánea. Ensayista y periodista, escribió más de
nueve mil artículos publicados en diversos medios de comunicación,
prensa, especialmente, donde fue analizando con suma agudeza la
evolución social y moral de la sociedad española de su tiempo:
Crónica
sentimental de España, Escritos subnormales, Mis almuerzos con gente
importante...
Su
narrativa, iniciada en Recordando
a Dardé
es muy extensa, tanto en novela como en relatos. Su obra ha sido
traducida a los principales idiomas y galardonada con distintos
premios nacionales e internacionales: en 1981, recibe el Premio
Internacional concedido en París a Los
mares del sur;
en 1989, Premio de la Crítica de la República Federal Alemana por
El
balneario;
en 1989 Premio Rocalmare, concedido en Palermo por El
pianista;
en
1991 recibe el Premio Nacional de Literatura por su novela Galíndez;
en 1994, el Premio Internacional de Literatura por Autobiografía
del General Franco;
en 1994, Premio de la Crítica de España, por El
Estrangulador; en 1995, el Premio Nacional de las Letras Españolas...
Además, y es por lo que se encuentra en este blog, a Vázquez Montalbán se le puede considerar el iniciador del género negro en nuestro país, con una de las sagas más conocidas de la literatura española: la del detective Pepe Carvalho. Sin embargo, su conciencia crítica, su compromiso social, su claridad de ideas sobre la situación del país, hacen que no me resista a traer al blog otra de sus sentencias, y no es de Carvalho: "Carecer de utopías es vivir los días sin ninguna esperanza real".
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